En el castillo de la soledad ella esta en su habitación. Había decidido descansar, y alejarse de tanto ajetreo. Escucha unos pasos afuera. Alguien toca en la puerta con los nudillos, con suavidad.
– ¿Dulce?
– Si, adelante.- Dice mientras se incorpora y se acomoda el vestido.
– Buenos días, me estaba preguntado si te gustaría charlar un poco conmigo en el salón de invierno, podríamos tomar un té. ¿Quieres?
Ella piensa que porqué ahora le presta tanta atención, y bueno.. sencillamente sonríe y asiente con la cabeza mientras él la coge de la mano y la acompaña a través de los pasillos a ese saloncito donde dá el sol de la mañana.
– Sólo quería decirte que soy consciente de que no te he cuidado ni tratado como mereces, y que .. tienes todo el derecho del mundo a estar enfadada conmigo, moletas.
– No.. si.
– Shhh.. déjame continuar. Quiero que sepas que sé que no lo he hecho bien contigo, y me gustaría enmendarlo. ¿Té verde o negro?
Ya es un paso, desde luego.
Saludos.
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¿Pero un paso incompleto? Creo que debió terminar de formular la pregunta:
«Té negro, té verde… o té vienes-conmigo?»
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¿migas de disculpa, para grandes errores ?
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